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Sticky Dabs BCN Cannabis Club

Sí, unirse a un club de cannabis en Barcelona no es gratis. Es posible que solicitemos una cuota de membresía para mantener nuestra comunidad y proporcionar los beneficios exclusivos a los miembros. Contáctanos o consulta nuestra página de membresía para obtener información detallada sobre tarifas, métodos de pago y de renovación.

Está prohibido llevar y sobre todo fumar hierba fuera del club, por las calles de Barcelona, te arriesgas a una fuerte multa. Las asociaciones cannábicas siempre aconsejan un comportamiento responsable y respeto por las normas y por los demás.

La violación de las reglas del club puede resultar en advertencias, suspensión temporal o cancelación de la membresía, dependiendo de la gravedad. Priorizamos una comunidad segura y respetuosa para todos los miembros.

El Código de Conducta del Cannabis Club fomenta un entorno positivo e integrador, promoviendo el consumo responsable de cannabis. La comunicación debe ser respetuosa, evitando el lenguaje ofensivo. Fomentamos conversaciones diversas y abiertas, haciendo énfasis en términos preferidos como «cannabis o marihuana«. En particular, se desaconseja el uso de términos transaccionales como «comprar» o «adquirir«, mientras que animamos a utilizar palabras más neutras como «tomar» o » colectar«, en línea con el modelo español de clubes de cannabis. Los clubes sociales de cannabis son organizaciones sin ánimo de lucro y funcionan con un enfoque basado en la membresía, y las contribuciones financieras apoyan los gastos del club. El uso de un lenguaje neutro garantiza el cumplimiento de las directrices legales y operativas, contribuyendo a crear un ambiente positivo para nuestros miembros.

Para entrar en un Coffee Shop en Ámsterdam, solo necesitas ser mayor de 18 años y mostrar tu DNI en la entrada. No piden ningún registro ni suscripción. Permiten el acceso a la cafetería a todo el mundo y comprar algo de marihuana. El ambiente y la atmósfera dentro de los coffee shops en Ámsterdam es como el de una tienda o bar normal. Casi todo el mundo puede entrar y comprar algo, lo que los hace concurridos y caóticos.